Más de 250 millones de personas viven con hepatitis, según la OMS, y cada vez son más los casos que no terminan de manera exitosa, por ello, es muy importante conocer todo sobre esta enfermedad, los tipos, los síntomas y cómo prevenirla y tratarla en caso de padecerla.
Así que si quieres saber exactamente qué es y cómo se puede presentar para que estés pendiente y en continuo monitoreo de salud, aquí te explicamos en detalle todo lo que debes saber sobre ella.
¿Qué es la hepatitis?
La hepatitis es una inflamación en el hígado que provoca que no funcione correctamente.
Cuando la inflamación ha aparecido recientemente, se le llama hepatitis aguda, mientras que los procesos que tienen una duración de más de 6 meses se conocen como hepatitis crónica, y suelen tener una lenta progresión.
Incluso, si no se trata adecuadamente, puede evolucionar a fibrosis, cirrosis o cáncer de hígado.
Tipos de hepatitis
Por lo general, los virus son la causa más frecuente de la hepatitis, pero existen otros tipos que se dan por infecciones, consumo de algunas sustancias o enfermedades autoinmunes.
Cuando se trata de hepatitis por virus, hay 5 categorías:
Hepatitis A
Es causada por el virus A y se transmite mediante el contacto con heces de personas infectadas, ya sea directamente o por consumir alimentos contaminados.
Este tipo de hepatitis se puede prevenir a través de la vacunación.
Hepatitis B
La transmisión de la hepatitis B se da a través de la sangre y fluidos del cuerpo, es decir, se puede propagar al tener relaciones íntimas sin protección con alguien que está infectado, al compartir jeringas o incluso, una madre puede infectar al bebé al dar a luz. En ciertas ocasiones, las personas pueden desarrollar una infección crónica y convertirse en portadoras.
Asimismo, quienes padecen esta enfermedad corren el riesgo de desarrollar cáncer de hígado o cirrosis hepática.
Hepatitis C
Este tipo se caracteriza por ser lentamente progresiva y lo delicado es que suele no presentar síntomas. Puede tardar hasta 30 años en dejar secuelas o provocar daños graves para el hígado.
Hepatitis D
La infección por el virus D solo se da en personas que se infectaron de hepatitis B, ya que el virus tipo D necesita el B para sobrevivir, y la simultaneidad de los virus hace que parezca una afección más grave.
La transmisión se da principalmente por vía sanguínea, mediante jeringas contaminadas (tatuajes, consumo de drogas, etc.) o por compartir objetos de higiene personal, como cepillos de dientes, máquinas de afeitar, transfusiones de sangre, entre otros.
Este tipo de hepatitis puede empeorar la hepatitis B y hacer más graves los síntomas.
Hepatitis E
Se transmite igual que la hepatitis A, por medio del consumo de agua o alimentos contaminados. La diferencia es que para esta no existe vacuna. Para prevenirla se deben extremar medidas higiénicas.
Síntomas de la hepatitis
Los síntomas de la hepatitis van a variar según el tipo de virus que se tenga, mismo que ya hemos explicado en el punto anterior.
Los más comunes de cada uno son los siguientes:
Síntomas de la hepatitis A
Suelen aparecer entre 2 y 6 semanas después del contagio, aunque hay ocasiones en las que no se presenta ninguna sintomatología. Cuando sí sucede, son los siguientes:
- Orina oscura
- Náuseas y vómitos repentinos
- Coloración amarillenta de la piel y ojos
- Fatiga constante
- Evacuaciones color arcilla
- Dolor abdominal
Para lograr recuperarse satisfactoriamente, es recomendable siempre seguir el tratamiento dado por un especialista y evitar automedicarse.
Síntomas de la hepatitis B
Los síntomas de la hepatitis B pueden ser un poco diferentes y oscilar de leves a graves. Entre ellos, están:
- Pérdida de apetito
- Náuseas y vómitos
- Fatiga
- Orina oscura
- Debilidad
- Ojos o piel amarillentos
- Fiebre
- Dolor de articulaciones
El tratamiento varía según si es aguda o no, pues este tipo de hepatitis desaparece del cuerpo en menos de 6 meses.
Si dura más tiempo, volviéndose crónica, puede traer complicaciones más graves, como cirrosis, cáncer de hígado o insuficiencia hepática y durar toda la vida.
En cualquier caso, el tratamiento tiene que estar enfocado en mantener una buena alimentación y un estilo de vida saludable, además de reposar, dejar de fumar y no consumir alcohol o drogas, etc.
Síntomas de la hepatitis C
No es frecuente que se presenten síntomas en estas personas, pero cuando sucede, son las siguientes:
- Falta de apetito
- Fiebre
- Fatiga
- Dolor estomacal
- Heces claras
- Orina oscura
Generalmente, el tratamiento consiste en administrar medicamentos antivirales, pero si se trata de una afección aguda y se hace crónica, es probable que se necesite trasplante de hígado.
Síntomas de la hepatitis D
Los síntomas de la hepatitis D no son diferentes de los otros, por eso, cuando se padece hepatitis B, se suele indicar una prueba de descarte de VHD, aunque su disponibilidad es limitada.
Si bien aún no hay tratamiento específico para este virus, existe un medicamento aprobado para su tratamiento, el cual debe administrarse mínimo un año. Suele ser largo el proceso porque se han detectado recaídas cuando se suspende en un periodo más corto.
Síntomas de la hepatitis E
Los síntomas son similares y suelen aparecer en las 2-10 primeras semanas del contacto:
- Fiebre leve
- Pérdida del apetito
- Prurito
- Aumento del tamaño del hígado
Este tipo de virus suele remitir espontáneamente y no se requiere hospitalización. Únicamente en ciertos casos, se puede recetar un antiviral para ayudar en el proceso.
Asimismo, se debe tener cuidado durante el embarazo, pues existe un riesgo alto de presentar complicaciones, por lo que deben estar en observación constante.
Cómo prevenir la hepatitis
La hepatitis se puede prevenir tomando algunas medidas como:
Vacunarse
Hay vacunas disponibles para prevenir la hepatitis A y la hepatitis B, por lo que se recomienda hacerlo, pues son seguras y eficaces.
La recomendación es más para aquellas personas que saben que tienen un mayor riesgo de exposición.
Tener buena higiene
Es muy importante lavarse las manos frecuentemente, antes de comer o manipular alimentos, pues la hepatitis A y E se transmiten por medio de la ruta fecal-oral.
Cuidarse durante las relaciones sexuales
Usar preservativos al tener relaciones sexuales es clave para prevenir la transmisión de la hepatitis B y, en menor medida, de la hepatitis C.
Evitar contacto con sangre contaminada
Se tiene que evitar compartir agujas, jeringas o algún otro objeto punzocortante con otras personas. De esta forma, baja el riesgo de infectarse de hepatitis B o C.
Chequeo constante
Uno de los puntos más importantes para evitar enfermedades de este tipo es estar en chequeo constante, sobre todo, cuando se sabe que se estuvo en riesgo de contagio.
En este caso, los seguros de salud son un elemento clave, pues puedes estar en revisión continua y evitar que cualquier virus o malestar avance, recibiendo tratamiento oportuno y evitando mayores complicaciones.
¡Monitorea tu salud y protégete de la hepatitis!
Ahora que sabes qué es la hepatitis, todos los tipos y sus síntomas, ten en cuenta que no hay mejor manera de cuidarte que a través de la prevención.
Los seguros de salud pueden ayudarte a lograrlo, pues puedes tener acceso a consultas continuas para monitorear tu estado de salud y detectar cualquier indicador desde muy temprano, evitando que avance y tengas que sufrir síntomas más agresivos.
Si quieres comenzar a protegerte, ¡contáctanos! En EBA Insurances te podemos ayudar a elegir la mejor opción según tus necesidades y presupuesto.
