La lactancia materna es un acto natural para que el cuerpo se prepara antes de que nazca el bebé, con el fin de poder alimentarlo. Y, además de fortalecer el vínculo entre madre e hijo, proporciona múltiples ventajas para ambos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y su continuación junto con alimentación complementaria hasta los dos años aproximadamente.
¿Tienes dudas sobre lo positiva que es la lactancia materna? Aquí te compartimos 15 beneficios de hacerlo.
La leche materna es un alimento que se adapta a las necesidades del bebé, dependiendo de su etapa de desarrollo.
En los primeros días de vida, el calostro, una sustancia espesa y amarillenta, brinda altos niveles de proteína y anticuerpos, que son vitales para proteger al recién nacido.
Con el paso del tiempo, cambia su composición para brindar más balance entre grasas, carbohidratos y vitaminas, ayudando al desarrollo del bebé.
Además, con la lactancia materna se garantiza un producto libre de aditivos y conservantes, como sucede con las fórmulas artificiales.
La lactancia materna tiene la capacidad de reforzar las defensas del bebé, pues la leche materna posee anticuerpos que actúan como una barrera protectora tanto para el sistema respiratorio como el digestivo.
Gracias a ello, disminuye la incidencia de infecciones, gripe y otras enfermedades intestinales, cuidando el bienestar del bebé.
La leche materna se digiere más fácilmente a través del intestino del bebé, lo que favorece una adecuada absorción de nutrientes y un aumento de la frecuencia de la lactancia, aportando más calorías y nutrientes.
Cuando no se opta por la lactancia materna, sino por fórmulas en polvo, la digestión se ralentiza, pues suelen contener conservantes y otros ingredientes que son más difíciles para el cuerpo del pequeño.
La lactancia materna ayuda a disminuir la posibilidad de que el bebé desarrolle alergias a alimentos y problemas como dermatitis atópica, ya que evita que se exponga tempranamente a proteínas extrañas que suelen estar presentes en fórmulas infantiles.
Además, la leche materna fortalece la flora intestinal del bebé a través de probióticos naturales, lo que ayuda a crear una barrera digestiva y evita la inflamación, que puede desencadenar en respuestas alérgicas a futuro.
La leche materna es rica en DHA, que es un tipo de grasa saludable que participa en la formación de las neuronas y ayuda a fortalecer la memoria, la atención y el aprendizaje.
El DHA es uno de los componentes del Omega 3, que es un nutriente esencial para prevenir problemas neurológicos, como TDAH, Alzheimer, entre otros.
Por ello, es importante que desde pequeño obtenga los mejores nutrientes y el camino más sencillo es a través de la lactancia materna.
Otro beneficio es que ayuda a regular la cantidad de alimento que consume el bebé, pues permite que aprenda a autorregular su ingesta, evitando la sobrealimentación.
La leche materna posee leptina y adiponectina, que son hormonas que regulan el metabolismo de las grasas y contribuyen a lograr un peso saludable.
Por esta razón, los niños amamantados tienen un riesgo menor de desarrollar obesidad en la infancia y adultez, en comparación con aquellos que se alimentan con fórmula.
El contacto piel con piel que se da durante la lactancia materna ayuda a estimular la producción de oxitocina, la hormona del amor.
Esto permite reforzar el apego entre madre e hijo, generando una sensación de seguridad y bienestar en el bebé.
Este lazo afectivo es fundamental para el desarrollo emocional del niño y contribuye a una mayor estabilidad emocional en el futuro.
El sabor de la leche materna cambia conforme la alimentación de la madre, lo que puede ayudar a estimular el sentido del gusto del bebé.
Asimismo, puede pasar que el bebé note un sabor demasiado fuerte y reaccione con llantos o irritación, por lo que es importante que la mamá cuide su alimentación y vaya identificando aquellas comidas que suelen provocar un sabor poco atractivo para el bebé.
Más allá de si le gusta o no, esto es importante porque permite que vaya conociendo diferentes sabores y adaptándose a ellos.
La lactancia materna estimula la producción de oxitocina, que ayuda al útero a contraerse y volver más rápidamente a su tamaño normal luego del parto.
Gracias a ello, disminuye el riesgo de hemorragias postparto y se favorece la recuperación del cuerpo de la madre.
Además, la lactancia ayuda a la pérdida de peso natural, pues el cuerpo consume calorías adicionales para producir la leche.
Hay estudios que demuestran que la lactancia materna disminuye el riesgo de padecer enfermedades como cáncer de mamá, de útero o de ovarios.
Por otra parte, dar pecho también ayuda a prevenir afecciones como osteoporosis, enfermedades cardiovasculares e infecciones en las vías urinarias.
Esto es muy importante porque permite que tanto el bebé y la mamá se encuentren más saludables y con menos riesgos a corto y largo plazo.
En este sentido, también es muy importante considerar la adquisición de un seguro médico, pues permite chequeos médicos continuos y un mejor control sobre el bienestar.
Amamantar libera hormonas como la oxitocina y la prolactina, que son importantes para reducir el estrés y la ansiedad en las madres.
Estas hormonas generan una sensación de bienestar, lo que puede ayudar a disminuir la probabilidad de padecer depresión posparto, que de acuerdo con la OMS, lo padecen entre el 20 y 40% de las mujeres.
Además, el contacto con el bebé y la rutina de amamantamiento favorecen la estabilidad emocional y fortalecen el vínculo madre-hijo.
La lactancia materna se considera como un anticonceptivo natural porque la liberación de la hormona prolactina inhibe el desarrollo folicular y la ovulación.
Debido a esto, las mujeres no tienen la menstruación mientras dan pecho.
Aun así, es recomendable que las mujeres consuman otro método anticonceptivo que sea compatible con la lactancia en caso de querer evitar otro embarazo, pues este no es infalible.
A diferencia de la fórmula, la leche materna no se tiene que comprar ni preparar. La lactancia materna, además, es buena para el medio ambiente, pues no implica tirar latas de fórmula.
Por otro lado, los costos de fórmula son cada vez más altos y, si bien es posible que se invierta en una bomba de extracción de leche, el costo es menor que el suministro de leche en polvo por año.
De esta manera, se obtiene un ahorro económico importante.
Amamantar tiene un impacto positivo en el estado emocional de la madre, pues favorece la liberación de hormonas que generan sensaciones de calma y relajación, disminuyendo la ansiedad, lo cual es especialmente beneficioso en los primeros meses luego del parto.
La lactancia materna ofrece momentos de tranquilidad y conexión, ayudando a la madre a sentirse más serena y a sobrellevar mejor los desafíos de la maternidad.
Además, el acto de amamantar permite hacer pausas en la rutina diaria, brindando a la madre un respiro necesario en medio de las múltiples responsabilidades del cuidado infantil.
La lactancia materna no solo es un acto de nutrición, sino también una experiencia que refuerza la seguridad y confianza de la madre en su capacidad para cuidar a su bebé.
Saber que puede alimentar a su hijo con su propio cuerpo genera un sentimiento de autosuficiencia y empoderamiento, fortaleciendo su instinto maternal.
Este proceso también ayuda a la madre a conocer mejor las señales y necesidades de su bebé. Con el tiempo, aprende a interpretar sus gestos, llantos y comportamientos, lo que mejora la comunicación y la conexión entre ambos.
Por otro lado, muchas madres experimentan una gran satisfacción al saber que están proporcionando el mejor alimento posible para su bebé. Este orgullo y sensación de logro contribuyen a una maternidad más positiva y plena, disminuyendo la ansiedad y reforzando su papel en la crianza.
La lactancia materna aporta muchos beneficios tanto para el bebé como para la mamá. Más allá de los nutrientes, se fortalece el vínculo emocional, por lo que es un elemento con una alta relevancia.
Recuerda que para que este proceso sea más sencillo y placentero, tienes que cuidar tu salud y alimentación.
Mantente al día con tus chequeos médicos postparto a través de las mejores herramientas, como lo es el seguro de salud, que te permite tener acceso a los mejores profesionales y estar en excelente condiciones para cuidar a tu bebé.
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