El tabaquismo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades crónicas, que causan el 63% de las muertes a nivel mundial.
Lo preocupante de esto es que no solo las personas que fuman se ven afectadas, sino también a las no fumadoras que se exponen al humo. Al menos, 600 mil fumadores pasivos mueren cada año en el mundo.
Esta es solo una de las grandes consecuencias de fumar, pero existen muchas más, pues la nicotina, uno de los componentes activos del tabaco, actúa de forma agresiva sobre el sistema nervioso central.
A pesar de todo lo que puede provocar el tabaquismo, muchos de los consumidores no conocen a fondo las graves consecuencias de fumar de manera continua. A continuación, vamos a abordar algunas para que pienses mejor y decidas abandonar este hábito que puede convertirse en adicción.
Fumar cigarrillos puede tener muchos efectos negativos en nuestro organismo. Algunos, incluso, pueden provocar complicaciones potenciales mortales.
De acuerdo con Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), este hábito incrementa el riesgo de muerte por todas las causas, no solo por las que guardan relación con el consumo de tabaco.
Fumar afecta el sistema respiratorio, el sistema reproductivo, el sistema circulatorio, los ojos, la piel y aumenta el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer.
En esta entrada, vamos a abordar 10 posibles consecuencias de fumar.
Una de las graves consecuencias de fumar es que afecta tu salud pulmonar, ya que las personas no solo inhalan nicotina, sino varias sustancias químicas que vienen en los cigarrillos, como plomo, arsénico, amoniaco, entre otras.
El tabaco incrementa sustancialmente el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. En el caso de los hombres, el riesgo es 25 veces mayor y para las mujeres, 25.7 veces mayor.
Según CDC, en promedio, 9 de cada 10 muertes de cáncer de pulmón están relacionadas con fumar.
A esto se suma la posibilidad mayor de desarrollar un trastorno pulmonar obstructivo crónico (EPOC). La Asociación Estadounidense del Pulmón sostiene que fumar causa el 80% de las muertes por EPOC.
Otras consecuencias de fumar en este sentido son desarrollar enfisema, bronquitis crónica, neumonía, fibrosis, etcétera.
El tabaco no solo daña los pulmones, sino también puede causar daños en el corazón, las células sanguíneas y los vasos sanguíneos.
Los cigarrillos contienen más de 400 sustancias químicas, entre las que se encuentra el alquitrán, mismas que incrementan el riesgo de padecer aterosclerosis, es decir, sufrir una acumulación de placa en los vasos sanguíneos. Esto puede provocar un bloqueo en el flujo sanguíneo o una limitación.
Asimismo, se incrementa el riesgo de enfermedad arterial periférica (PAD, por sus siglas en inglés). Esta enfermedad provoca que las arterias de los brazos y las piernas se estrechen, obstruyendo el flujo sanguíneo.
Otras consecuencias de fumar relacionadas con problemas cardiacos son:
Para las mujeres, el consumo de tabaco puede provocar daños en su sistema reproductivo, ocasionando que sea más difícil para ellas quedar embarazadas, debido a que las sustancias que contiene el cigarrillo afecta los niveles hormonales.
En cuanto a los hombres, entre más cigarrillos fumen y mientras más tiempo mantengan este hábito, tienen mayores probabilidades de sufrir disfunción eréctil, así como afectar la calidad de los espermatozoides, reduciendo la fertilidad.
Los hombres pueden sufrir disminución en la calidad, la cantidad y la motilidad (capacidad de movimiento) de los espermatozoides.
Entre las consecuencias de fumar, se encuentra el riesgo de padecer diabetes tipo 2. Las personas que consumen mucho tabaco tienen entre 30 y 40% más de riesgo de desarrollar esta enfermedad que quienes no fuman.
Asimismo, en el caso de las personas que ya son diabéticas, puede hacer que tengan mayores dificultades para poder controlar sus niveles de azúcar en sangre. Algunas de las complicaciones que pueden sufrir si padecen diabetes y fuman son:
El tabaquismo afecta significativamente la inmunidad y genera predisposición al desarrollo de infecciones o puede agravar otras.
Esto sucede porque algunas sustancias del cigarro provocan alteraciones en el sistema de eliminación de partículas y microorganismos en el epitelio respiratorio, dañan las células epiteliales, que son las que ayudan a proteger el organismo a través de, por ejemplo, la secreción de moco u otras sustancias para eliminar sustancias extrañas.
Otra de las consecuencias de fumar es que modifica la funcionalidad del esfínter esofágico, lo que predispone al cuerpo a que microorganismos dañinos entren en él y haya alguna afección o infección.
Además de lo anterior, el tabaco frena la respuesta inmune, reduce la capacidad de ataque de las células de defensa y disminuye la capacidad de fagocitos y supervivencia de macrófagos, que son células que eliminan microorganismos del cuerpo.
Fumar cigarrillos de manera continua puede provocar problemas oculares, como un riesgo mayor de desarrollar cataratas y padecer una degeneración macular relacionada con la edad.
La degeneración macular es un padecimiento que afecta la visión central, este tipo de visión es necesaria para poder ver los objetos con claridad y poder llevar a cabo actividades como leer, conducir, reconocer rostros.
Existen dos clases de degeneración macular: la forma seca y la forma húmeda. Siempre se inicia con la forma seca y, si se continúa con malos hábitos, puede avanzar a la forma húmeda, donde puede haber pérdida de la visión si no hay un tratamiento de por medio.
El método más efectivo para evitar problemas de visión y no sufrir por los daños que puede ocasionar el cigarro es abandonar el hábito o, idealmente, nunca comenzar a hacerlo.
Otras consecuencias de fumar relacionadas con los ojos son sufrir ojo seco, glaucoma, retinopatía diabética, etcétera.
De acuerdo con información de CDC, el cigarrillo puede provocar complicaciones durante el embarazo y el desarrollo del feto, como las siguientes:
La exposición prenatal al humo se vincula también con algunas otras consecuencias en su salud, como función pulmonar disminuida, asma, dificultades visuales, retinopatía, etcétera.
Las consecuencias de fumar también se relacionan con la higiene bucal. Las personas que fuman duplican el riesgo de sufrir problemas o enfermedades en las encías; entre más cigarrillos consumen, mayor es el riesgo.
Entre los problemas dentales derivados del consumo de tabaco, se encuentran:
Si deseas tener una mejor salud oral, es fundamental que dejes de fumar o que, en su defecto, reduzcas al mínimo el consumo de tabaco.
Las consecuencias de fumar también se trasladan a la piel y al cabello de las personas. Alguien que suele consumir tabaco puede tener arrugas prematuras o lucir una piel envejecida antes de tiempo. Asimismo, tiene un mayor riesgo de padecer cáncer de piel.
Los efectos del envejecimiento prematuro se deben a que este hábito causa una alteración en el flujo sanguíneo arterial en la piel, lo que dificulta que el oxígeno y los nutrientes, como el colágeno, células y demás, lleguen al tejido conjuntivo cutáneo.
Además, fumar puede provocar que el cabello comience a caerse o se caiga más de lo normal, pudiendo padecer calvicie antes de tiempo.
Entre otras cuestiones, está demostrado que el cigarro disminuye la capacidad de cicatrización de los pacientes posquirúrgicos, habiendo mayor riesgo de infecciones o edemas.
Otras enfermedades dermatológicas que pueden empeorar por el tabaco son la psoriasis (enfermedad crónica de la piel que provoca sarpullido), alopecia y alteraciones en la mucosa oral (pigmentación, gingivitis, etcétera.
El cigarrillo no solo se relaciona con el cáncer de pulmón, sino también con otros.
La Sociedad Americana Contra el Cáncer señala que consumir tabaco provoca entre el 20 y el 30% de los cánceres de páncreas. Asimismo, quienes fuman tienen hasta el triple de probabilidades de sufrir cáncer de vejiga que los que no lo hacen.
El cigarrillo incrementa la probabilidad de padecer:
Si ahora que conoces todas las consecuencias de fumar quieres empezar un plan de acción para ir dejando este mal hábito, te compartimos algunos consejos para que lo consigas con una mayor probabilidad de éxito.
Debes determinar una fecha en la que dejarás de fumar. Puedes empezar reduciendo el número de cigarrillos que consumes al día, hasta que tu cuerpo no sienta tanto el síndrome de abstinencia y puedas abandonar por completo este mal hábito.
Otro punto muy importante para que puedas mantener la decisión es hacer una lista de las razones por las que quieres dejar el tabaco.
Puedes incluir todos los beneficios que conlleva ya no consumir tabaco, tanto a corto como a largo plazo.
Nunca pierdas de vista esta lista; tenla a la mano para que realmente siempre tengas presente por qué estás tomando esta decisión, así será menos difícil mantenerte en este camino.
Trata de reconocer en qué momentos del día o en qué situaciones eres más propenso a fumar. Por ejemplo, cuando estás estresado, cuando sales con un amigo, cuando estás tomando café, cuando estás aburrido, etcétera.
De esta forma, podrás evitar esas situaciones, en la medida de lo posible, al menos mientras pasa el tiempo necesario para que no sientas ansiedad o padezcas el síndrome de abstinencia.
Piensa en qué puedes hacer en vez de fumar en los momentos en que eres más propenso a hacerlo. Si solías fumar después de tomar un café, puedes empezar cambiando el café por té; puede que el té no desencadene el deseo por un cigarro.
Asimismo, por ejemplo, si tiendes a fumar más cuando estás en compañía, puedes comunicarte con tus amigos o familiares e informarles sobre tu decisión de dejar el tabaco, así te pueden ayudar no fumando cuando estén contigo y reduciendo la tentación.
No solo se trata de echar a la basura o terminarte tus cigarrillos en la fecha en la que estableciste, sino también de limpiar todo lo que huela a humo, como tu ropa, tus muebles y otros espacios o elementos.
Los olores traen recuerdos y pueden desatar el deseo de fumar, por lo que es necesario que, antes de dar el paso, te dediques a limpiar y a deshacerte de todo el olor de cigarrillo que pudiese estar en tu hogar.
El proceso no será fácil, pero pequeñas acciones o cambios son más que suficientes para mejorar tu salud. Empieza cuanto antes y verás que no te arrepentirás porque los beneficios son increíbles y no solo para ti, sino para quienes te rodean.