Contraer SARS-CoV-2, seguramente fue de las etapas más difíciles por las que miles de personas tuvieron o deben atravesar, pues está comprobado que tras la recuperación presentamos secuelas del COVID que pueden ir de nivel leve hasta ser considerado una discapacidad, según la doctora Athena Akrami.
Sin importar el nivel en que presentamos los síntomas o el tiempo que tardamos en recuperarnos de la enfermedad, las secuelas del COVID pueden durar semanas, meses o años.
Aunque el COVID es considerada una enfermedad respiratoria infecciosa y se piensa que afectaría únicamente los pulmones, es sabido que también afecta los riñones,cerebro, corazón, sentido del gusto, tacto, olfato y salud mental.
En este artículo te compartimos las secuelas del COVID tras padecerlo para que estés informado y alerta ante cualquier síntoma, pues es vital que los identifiques a tiempo.
Existe mayor probabilidad de presentar secuelas del COVID si la persona se enfermó gravemente por el virus, sin embargo, todas aquellas que lo contrajeron tienen probabilidad de presentarlas, incluso si no mostraron síntomas de la enfermedad.
Las secuelas que deja el COVID no solo son físicas, sino también psicológicas por lo que debes escucharte y prestar atención a tu salud mental para mantenerla en condiciones óptimas.
La mayoría de las personas, presentan síntomas de secuelas entre cuatro y siete días después de infectarse con SARS-CoV-2 (virus que provoca el COVID 19). La duración de los síntomas así como su intensidad dependerá enteramente de cada persona.
En la mayoría de los pacientes, el tiempo es clave para ir mejorando y reducir los síntomas, sin embargo siempre existe la posibilidad de que los síntomas regresen periódicamente.
Muchas veces, pueden confundirse las secuelas leves de COVID con una continuación de síntomas por la enfermedad, con una recaída, incluso pueden llegar a confundirse con síntomas de otra afección.
En algunos casos, las personas que presentaron este tipo de secuelas por el virus no habían sido conscientes de su contagio por COVID, por ello debemos estar informados y poder identificarlos.
Entre los principales síntomas descritos por los pacientes se encuentran:
Si presentas cansancio generalizado al realizar esfuerzo físico, debes estar atento sobre el tiempo que te dura el cansancio pues además de ser una secuela recurrente, podría complicarse.
La fiebre es de las secuelas más recurrentes, debe presentarse sin causa aparente o específica acompañada de otros síntomas como dolores de cabeza intensos y secuelas leves para que tu médico sea capaz de identificarlas y tratarlas.
Aunque el dolor en el pecho puede ser causado por diversos factores, para que sea considerado una secuela post COVID debe presentarse de manera continua y no modificada.
Es importante llevar un control en este síntoma pues de restarle importancia podría ser permanente, no solo la alteración, sino la pérdida del sentido.
Otros síntomas menos frecuentes pueden ser: dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, falta de apetito, mareos, insomnio, alopecia, sudoración y diarrea.
Mientras que los síntomas generales y más comúnmente descritos por los pacientes post COVID suelen resolverse en un periodo de dos a cuatro semanas, los síntomas más complejos como los dolores musculares, pueden tardar meses en aliviarse.
Al atacar directamente nuestro sistema respiratorio, se piensa que el COVID-19 afecta únicamente los pulmones, sin embargo el virus puede dañar el corazón, el cerebro y los riñones. Por lo que aumenta el riesgo de presentar problemas de salud a largo plazo.
Entre los riesgos que podemos correr se pueden incluir:
Problemas de los pulmones como asma, condiciones similares a la neumonía, problemas en los bronquios, falta de oxigenación en la sangre y ARDS (“síndrome de dificultad respiratoria aguda”).
Algunas de las complicaciones que se pueden presentar son: disminución de la frecuencia cardiaca, insuficiencia cardiaca, miocarditis, fibrosis y pericarditis.
Los riñones se ven afectados debido a la agresión directa del virus hacia ellos o por las consecuencias de la hiperinflación y daño vascular, como resultado de la respuesta del cuerpo para combatir la infección o al daño multiorgánico que esta generó.
Las principales consecuencias neurológicas que puedes desarrollar post COVID son cefalea, mareo, anosmia, ageusia, deterioro de la conciencia, convulsiones y encefalopatía.
Existe gran probabilidad de presentar un accidente cardio vascular si padeciste COVID, debido a que el oxígeno en la sangre baja por lo que su recorrido es más lento y tarda en llegar al corazón y cerebro.
Si la sensación de fatiga dura más de seis meses, sin una explicación que la justifique, se denomina síndrome de fatiga crónica (SFC) y al no presentar mejoría a pesar del tratamiento puede considerarse una discapacidad de grado II.
Vas a presentar hormigueo en las extremidades que pueden propagarse por todo tu cuerpo rápidamente y con el paso del tiempo paralizarlo por completo. Es considerada una emergencia médica.
Es una afección en la que diferentes partes del cuerpo pueden inflamarse, entre ellas el corazón, los pulmones, los riñones, el cerebro, la piel, los ojos o los órganos gastrointestinales.
Es un trastorno que produce inflamación en las paredes de algunos vasos sanguíneos del cuerpo, suele presentarse sarpullido y fiebre.
La pandemia causada por COVID‑19 aumentó significativamente los niveles de estrés y ansiedad de las personas por el miedo a contagiarse, la muerte, la incertidumbre por el futuro, el aislamiento social y la pérdida de actividades económicas.
En un estudio realizado por Cuiyan Wang y colaboradores, en 2020 se buscó evaluar el impacto psicológico inicial en China durante el brote del COVID 19, donde se encontró que los trastornos del estado de ánimo, el insomnio, la depresión, el estrés y la ansiedad aumentaron sus niveles hasta casi triplicarse.
Durante el mismo estudio, se pudo encontrar que durante la pandemia, las personas mostraron un abuso significativo de alcohol y drogas, así como desarrollo de trastornos alimenticios.
En una investigación realizada por la neurocientífica Athena Akrami indica que las personas llegan a presentar varios síntomas que dependen de su género, edad y nivel en que padecieron la enfermedad.
En el estudio también se analiza el contexto político y social en el que se desenvuelven las personas con secuelas persistentes de COVID, pues al requerir tratamientos como descanso prolongado, que puede durar meses y desgaste emocional, debe ser considerado como discapacidad, al requerir atención especial.
De igual manera, el gobierno de los Estados Unidos de América pone el tema sobre la mesa para encontrar las condiciones necesarias para poder reconocer las demandas y apoyar a estas personas.
La atención de pacientes con COVID no termina cuando salen de la sala de emergencias, pues se necesita una observación constante para encontrar los signos y síntomas que se presenten y aliviar en la manera de lo posible las secuelas que la enfermedad deje en el cuerpo.
Se debe hacer especial énfasis en que las personas que no han sido vacunadas, son las más propensas a presentar secuelas en caso de contagiarse de COVID-19.
Aunque los contagios de COVID ya no son considerados pandemia, presentamos ocasionalmente olas de contagios importantes por lo que debemos mantenernos alertas y seguir las medidas sanitarias.
Recuerda que la mejor forma de mantenerte saludable es teniendo un presente sólido y adelantarte a los infortunios del futuro, por lo que debes estar continuamente prevenido.